La importancia del pensamiento
- Félix Carnero
- 21 abr 2016
- 3 Min. de lectura
Entre los siglos I y II existió un filósofo griego llamado Epicteto que postuló una de las frases que cuando la leí mejor definía lo que nos ocurre en nuestra mente y lo que nos produce.
"No nos afecta lo que nos sucede sino lo que nos decimos sobre lo que sucede"

Esta frase es reveladora.
Cuando nos ocurre algún acontecimiento en la vida acto seguido nuestra mente empieza a hablarnos. Curiosamente en la mayoría de las veces, por no decir siempre, son por causas que valoramos como negativas. Lo peor no es que nuestra mente nos hable sino lo que nos dice y el caso que hacemos a lo que nos dice.
Imaginemos una derrota en un encuentro deportivo, el que que sea, hemos perdido, a continuación empezamos nuestro diálogo mental y empezamos a "castigarnos", a culpabilizarnos o peor aún culpabilizar y castigar a otros por lo ocurrido. La mente nos genera una serie de emociones a raíz de ese dialogo, rabia, ira, desolación...y esas emociones sin control nos pueden llevar a cometer errores, algunos de esos errores pueden ser tan graves que en un futuro nos podríamos arrepentir. Y por supuesto caer en el "victimismo", algo muy frecuente en muchas personas. Este "victimismo" lo único que conseguirá es adulación de personas que nos harán un flaco favor y que nos dará satisfacción momentánea pero que a la larga nos pasará factura.
Y es que el control mental y el de las emociones es la base de la madurez.
Durante mi vida he visto y he experimentado, tanto en mi como en otras personas de mi alrededor, cambios emocionales producidos por esos pensamientos, pensamientos que no han ayudado nada a solucionar el problema, todo lo contrario los ha agravado, incluso al extremo de marcar la vida de las personas.
Pero incluso esas "marcas" en nuestras vidas podemos controlarlas. Como dice Rafael Santandreu en su libro "El arte de no amargarse la vida", no hay nada tan importante por lo que no podamos vivir. El ser humano es muy simple, a la vez que complejo, y simplemente teniendo bebida, comida y un techo donde cobijarse podemos vivir, es el control de nuestras emociones lo que hará que vivamos mejor o peor, y sobre todo lo que pensemos de nosotros mismos. Podemos vivir sin conseguir un campeonato, podemos vivir sin alguien a nuestro lado, podemos vivir sin llevar las mejores botas deportivas, podemos vivir sin una infinidad de cosas que actualmente tenemos la creencia de que son imprescindibles. Reflexiona sobre esto. Para ser feliz no es necesario un camión (como decía Moquillo en su canción). Para ser feliz solamente hay que querer serlo y serlo.
Con esto no estoy diciendo que tener cosas sea contraproducente, yo mismo soy coleccionista y me gusta tener cosas, pero no limito mi felicidad a tenerlas o no, simplemente las tengo y disfruto de ellas, si las perdiera me sabría muy mal, incluso me afectaría emocionalmente, lo confieso, pero no dejaría de vivir, ni me pasaría la vida pensando abrumadamente en lo que ya no tengo. Esto también ocurre tanto en lo profesional como en las relaciones personales. Nadie es imprescindible en la vida de nadie. Podemos tener o no un trabajo que nos guste, podemos estar o no con una persona que nos enamore, pero si perdemos ambas cosas no dejamos de existir, superar emocionalmente esas perdidas nos hará más maduros y fuertes.
Nos pueden culpabilizar de una derrota, de algún acto doloroso, pero es lo que nosotros mismos nos decimos sobre eso lo que nos afecta en mayor o menor medida. Si tu sabes que has dado todo lo posible por ganar, que has cometido algún error, todos somos humanos y cometemos errores, pero sin "terribilidad" (como dice Santandreu), saldremos victoriosos del "bache" emocional que se nos avecina. Tener un descontrol emocional no es nada bueno, pero si sabemos que las emociones, como el miedo, es una creación de la mente y del diálogo que tenemos con ella, gestionar dichas emociones nos será sencillo.
El miedo es, a mi manera de ver, la peor de las emociones y las personas más "terribilizadoras" son las que su mente mayor miedo generan. El miedo puede llegar a hacer creer a la persona cosas que no son. Así como en un deportista el miedo crea tal bloqueo que le es imposible alcanzar los objetivos marcados.
Este articulo me gustaría que os hiciera reflexionar, sobre las emociones, sobre nuestros diálogos internos y nuestra mente y las consecuencias que acarrea todas ellas juntas y el no saber gestionarlas.
Dejemos de pensar cosas que no son, identifiquemos las emociones y gestionemos nuestra mente para nuestro beneficio y no para hundirnos en las arenas movedizas de lo negativo.
A nadie, y menos a nosotros mismos.
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