Cuando ejercía de Ingeniero en una empresa multinacional Marta, una compañera de trabajo, me empezó a hablar del Eneagrama, de eso hace ya más de 14 años.

Asesorado por ella empecé a ser autodidacta de ese tema que tanto me subcitó la curiosidad. Posteriormente hice algunos cursos del Eneagrama y de sus ideas santas o la esencia de cada caracter, que suena más terrenal.

Después de mi salida del mundo de las telecomunicaciones empecé a autoformarme en el Eneagrama con más intensidad hasta que saqué mi primer curso. Los ofrecía via Skype y presencial y formé a varias personas, entre ellas a la que por aquel entonces era mi pareja y lo fue casi cinco años. Eso le ayudó a desarrollar sus propios métodos formativos y hoy en día ofrece cursos donde combina sus teorías con el Eneagrama. Una muestra más del poder de esta herramienta.

A lo largo de todo estos años he visto como el Eneagrama, entendido como una herramienta de autoconocimiento y desarrollo personal, ha ayudado a muchas personas a verse, a entenderse y a entender a los demás probocando en ellos un cambio sustancial en su vida y en la manera de ver esta.

Es probable que todo esto te suene a fantasía pero te animo a comprobarlo por tí mismo. No hay mejor prueba que experimentarlo en uno mismo.