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Los Entrenadores de la Grada

  • Félix Carnero
  • 23 oct 2015
  • 4 Min. de lectura

Ya ha empezado las competiciones en todos los deportes y ya van apareciendo los famosos “Entrenadores de la Grada”.

Estos entrenadores probablemente tengan nociones del deporte que dirigen, algunos lo han practicado e incluso alguno en un nivel semi profesional. La tarea especifica de estos entrenadores es dirigir el partido, protestar al arbitro, criticar tareas de otros entrenadores, gritar a los jugadores…en fin, es un tipo de entrenador muy peculiar porque todo esto lo hace desde la grada, sus asientos o desde la banda.

Cuando los observo, y llevo muchos años haciéndolo, me pregunto que si realmente vienen a disfrutar de la competición o simplemente vienen a desfogar sus frustraciones de la semana o incluso de su infancia.

Esos entrenadores de la grada tienen un nombre muy peculiar, PADRES.

Es curioso como estos entrenadores basándose en que quieren lo mejor para sus hijos tienen la garantía y la certeza que sus instrucciones son mejores que las del entrenador oficial, es más, se atreven incluso a poner en evidencia la filosofía de todo un club.

Por desgracia hay responsables de clubs que, supeditados o presionados por estos Entrenadores de las Gradas, ceden a sus presiones y criticas y actuar en consecuencia, por supuesto no correcta, hacia los entrenadores oficiales.

Por suerte hay otros clubs que apoyan y defienden incondicionalmente su filosofía, una filosofía que en la mayoría de las veces es creada por el bien de toda una comunidad y que por tanto dan el soporte a los entrenadores oficiales.

Estos Entrenadores de la Grada, no animan, exigen a los jugadores que hagan cosas que, a nivel técnico, no están capacitados para hacer aunque ellos crean que si. En consecuencia desatan su frustración hacia el entrenador, el club y a veces,, muchas veces, hacia el propio jugador que a veces es su propio hijo pero otras no.

La consecuencia de estos entrenadores de la grada es que el niño se despista, se desorienta, se confunde y acaba por no disfrutar de su deporte favorito. Eso sin contar la ardua labor que tendrá el entrenador oficial para reconducir la actitud del niño en el trabajo de los entrenamientos y en el equipo.

Otra acción de este tipo de "entrenadores" es la instigación hacia el entrenador oficial y su metodología, táctica y principios. En los acontecimientos deportivos de base podemos ver como gritan e incluso insultan a los entrenadores porque creen fielmente que se esta equivocando y su idea, la del entrenador de la grada, es la correcta. Todo esto no ayuda más que a aportar violencia en el deporte, algo que no se puede aceptar de ninguna de las maneras.

Todo pasa por tener CONCIENCIA, aunque no todos los entrenadores de las gradas están preparados para aceptarlo.

Lo más curioso de estos “entrenadores de la grada” es que no están abiertos a nuevas ideas, a nueva “formación”, a nuevas metodologías se encierran en sus propias ideas y en función del carácter de estos actua en consecuencias. Normalmente, y para aquellos que me siguen sabes de que hablo, son los padres con carácter perteneciente a los desafiadores y perfeccionistas los más propensos a un tipo de rechazo considerable y a una critica más agresiva.

Por desgracia en el mundo del deporte nos encontramos cada fin de semana con estos casos. Como me han dicho últimamente algún responsable de un club “ el mal endémico del deporte base son los padres” y la vacuna para su solución, aunque ya se ha descubierto, es rechazada de manera fulminante por el agente receptor, los padres.

Cierto es que todas las opiniones son respetables, pero hay muchas que están afectando sobre todo a los jóvenes deportistas, y como formador, entrenador y coach deportivo me veo en la obligación moral de mirar por los más afectados, generalmente niños de muy temprana edad.

Siguiendo con el lema que algunas federaciones de deportes hace desde hace varios años:

RESPETO

Respeto por el trabajo de los profesionales que se encargan, en la mayoría de los casos, de una manera altruista, voluntaria o con una remuneración que no cubre ni los gastos mínimos.

Vemos en los grandes clubs que grandes entrenadores como Guardiola, Luis Enrique, Mauriño, Benitez, Simeone, Pellegrini, Arsène Wenger, Ancelotti por nombrar algunos del mundo del futbol o Maljkovic, Obradovic, García Reneses, Scariolo, Pepu Hernandez, Xavi Pascual por nombrar algunos del mundo del baloncesto o Valero Rivera, Xavi Pascual, Dujshebaev, Ulrik Wilbek, Xesco Espar (colega actual de profesión) por nombrar a los del mundo del balonmano son criticados, aleccionados y adoctrinados por los entrenadores de las gradas. Todos somos libres de opinar, pero la critica destructiva lo único que nos muestra como dijo Alphonse de Lamartine, Historiador, político y poeta francés:

“La crítica es la fuerza del impotente.”

o el escritor suizo Henry F. Amiel :

“La crítica convertida en sistema es la negación del conocimiento y de la verdadera estimación de las cosas.”

Así que desde estas lineas les escribo a esos entrenadores de la grada estas palabras, que bien pudiera ser una vacuna:

Por favor, respeto no desconsideración, sensatez no juicios, paciencia no desasosiego, trabajo en equipo no individualidades, construcción no derribo, confianza no tirantez, motivar no desalentar, tranquilidad no desconcertar…

Para ellos este vídeo que me ha llegado mediante un grupo de padres de un equipo de futbol benjamín.

Las grandes almas tienen voluntades; las débiles tan solo deseos.

 
 
 

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